sábado, 2 de agosto de 2008

El Embarazo y el Calor



Durante el verano, los síntomas tales como náuseas y vómitos, propios de los primeros meses de gestación, se une a un cierto grado de inapetencia provocada por el calor. El calor predispone a la deshidratación con todas las consecuencias que este cuadro puede desencadenar: hipotensión arterial, mareos, desmayos... En los días de más calor es necesario seleccionar alimentos que aporten todos los nutrientes y la hidratación para evitar toxiinfecciones alimentarias. Si estás embarazada, el seguimiento de una dieta equilibrada es fundamental.

Alimentos para el verano

Las frutas. Son refrescantes y de fácil manejo. Son ideales para que sean consumidas enteras, en zumos y helados, en los desayunos, postres, y meriendas. Aseguran un aporte adecuado de vitaminas y minerales como vitamina C, ácido fólico, potasio, betacaroteno, magnesio e hidratos de carbono. Su alto contenido en líquidos ayuda a evitar las temidas deshidrataciones. Es preferible consumirlas enteras porque mantienen su contenido acuoso; y con cáscara por su mayor riqueza en fibra.
Las verduras. Son alimentos de baja densidad calórica, y ricos en fibra, vitaminas y minerales. Al igual que las frutas las verduras deben ser bien lavadas, tratando de no tenerlas mucho tiempo en remojo. Para cocinarlas es conveniente que uses poca agua y el tiempo justo, para que pierdan la menor cantidad posible de nutrientes.
Los productos lácteos. No deben faltar a la mesa por su aporte en calcio, vitamina B2, D y proteínas. El yogur es un buen recurso a utilizar en las dietas de verano ya que es más fácil de digerir. Estas características lo convierten en un alimento que provoca poca saciedad. Se pueden elegir aquellos más bajos en grasa y combinarlos con trozos de frutas y/o cereales. La leche puede consumirla con el té, café, o bien consumida sola o con frutas.

Inapetencia

Según la intensidad del calor y el estado de la gestación, es común que muchas mujeres presenten falta de apetito. Si se mantiene varios días se debe consultar al médico, pero si se trata de algo pasajero, puedes seguir algunos consejos:
- Distribuir la comida en varias tomas de pequeño volumen, para evitar la sensación de llenado rápido.
- Consuma alimentos de poco volumen y que sean nutritivos tales como galletas o pan con queso, membrillo, mermelada o mantequilla.
- Prescinda de los productos desnatados, "light" o "bajos en calorías".
- Evitar alimentos como caldos, sopas y ensaladas, como primer plano, ya que "llenan" y aportan escaso valor calórico.
- En lugar de comer el primer y el segundo plato por separado, es mejor que optes por los platos únicos más completos. Ejemplo:: verduras o ensaladas con queso; huevo, atún, o pollo con arroz, pasta, patatas o legumbres. Siempre debe haber un alimento proteico (carne, pescado o huevos) y un alimento energético (farináceos)
- Prueba diferentes y variados alimentos para estimular el apetito.
- Beba líquidos fuera de las principales comidas, a fin de evitar la deshidratación. Las gelatinas aportan pocas calorías y refrescan bastante.
- Comer en un ambiente agradable y a ser posible acompañado.
- Realiza ejercicios físicos antes de las comidas normalmente aumenta el apetito.

Javi. (www.lasanabuenavida.blogspot.com)


Fuentes: consumer.es

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